La temporada 2025 de Fórmula 1 está viviendo un cierre inesperado. Lando Norris, que durante meses pareció resignado a ser el segundo piloto de McLaren, ha dado un salto de calidad que lo deja a un paso de coronarse campeón del mundo por primera vez.
Su triunfo en el Gran Premio de Brasil no fue casualidad, sino la confirmación de una tendencia que se viene consolidando desde el parón de verano: un Norris más fuerte, más cerebral y, sobre todo, más confiado.
De la sombra a la cima
Hasta hace pocas carreras, el dominio interno en McLaren parecía tener dueño. Oscar Piastri lideraba el campeonato con una madurez sorprendente, mientras Norris cometía errores en momentos clave, lo que alimentó las críticas —incluso las mías— sobre su capacidad para manejar la presión.
Pero el Norris de las últimas fechas parece otro. Ya no se precipita, no fuerza maniobras imposibles ni se deja arrastrar por la frustración. Su pilotaje se volvió limpio, preciso y calculador. En Brasil manejó con autoridad, sin dejar grietas.
El enigma Piastri: ¿presión, desajuste o algo más?
La caída de Oscar Piastri sigue siendo un tema que divide opiniones. El australiano asegura que no cambió su forma de conducir, pero los resultados dicen lo contrario. Desde Zandvoort, su rendimiento se ha diluido, y las diferencias con Norris se ampliaron.
Algunos apuntan a un desajuste técnico del MCL38, que favorece el estilo más agresivo y adaptable del británico. Otros, en cambio, creen que el desgaste psicológico de liderar el campeonato, sumado a ciertas decisiones del equipo —como demoras en boxes o estrategias desfavorables—, influyeron en su confianza.
Lo cierto es que Piastri ya no parece el mismo piloto implacable de la primera mitad del año, mientras Norris, sin grandes cambios visibles, encontró un nivel de consistencia propio de un campeón.
El peso de la madurez?
Norris siempre fue veloz, pero también vulnerable bajo presión. Esa era su deuda pendiente. En 2025, parece haberla saldado. Cada carrera posterior al verano mostró una versión más completa: un piloto capaz de pensar, medir y ejecutar.
No se trata solo de talento, sino de madurez competitiva. Y ese crecimiento es lo que, hoy, lo mantiene con un pie en el título.
Una sensación inevitable
A falta de pocas carreras, todo parece inclinarse a su favor. Solo una desgracia podría arrebatarle el campeonato. Su progreso, tanto mental como técnico, refleja un cambio profundo: el de un piloto que aprendió a perder antes de aprender a ganar.
Mientras Piastri busca respuestas, Norris simplemente las está dando en pista.
